La
estrategia de esta empresa para el lanzamiento de sus productos, ha sido la de
lanzamientos rápidos y pulidos posteriores de los errores que iban apareciendo.
Esto le ha generado un coste importantísimo en términos de imagen. El problema
de Microsoft hoy en día es la sensación que produce de empresa lenta y
aburrida, que provoca indiferencia, incapaz de protagonizar tendencias y que se
mueve siguiendo los pasos de otras.
Microsoft
con Windows ha estado en todo momento guiada por su alianza con los fabricantes de ordenadores personales: cada versión de Windows se
mantenía en todo progreso se condicionaba a las cifras
de ventas, y se retenía hasta que el mercado empezaba a
mostrar signos de agotamiento. Todo progreso se condicionaba a
las cifras de ventas, y se retenía hasta que
el mercado empezaba a mostrar signos de agotamiento. Que tenía que ofrecer forzosamente un diferencial de prestaciones suficiente como para que los usuarios quisieran cambiarse, y que tenía indefectiblemente el atributo de
no ser capaz de funcionar sobre el parque de ordenadores existente en la
inmensa mayoría del mercado.Así, los fabricantes de ordenadores encontraban una razón para generar una renovación del parque instalado: todos los usuarios eran forzados a reemplazar máquinas que, en general, eran perfectamente
operativas, por otras nuevas más potentes.
Si no lo hacían, pasaban rápidamente a caer en la más patente obsolescencia: veían en otros las nuevas funciones del sistema que ellos no podían utilizar, recibían ficheros de
otras personas en formatos que no podían leer, y sentían la presión de todo un mercado que les llevaba a actualizar en un plazo razonable de tiempo.
Durante años, las sucesivas
generaciones de Windows ha sido la manera en que el
mercado del hardware se ha ido dinamitándolos fabricantes de
ordenadores eran a la vez los clientes de Microsoft y su canal mayoritario de
distribución: la inmensa mayoría de las licencias de Windows se venden
asociadas a un nuevo equipo.
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